Me he lanzado a escribirte porque no dejo de escuchar que el romanticismo ya no inunda tus calles, que tu asfalto echa de menos los detalles que regalan sonrisas y que hacerle a alguien sentir que todo es posible ya no está a la orden del día en los seres humanos.
Trataré de demostrar con mis letras que en tus rincones se esconden las más bonitas historias de amor, aunque sean ficticias e inventadas por mis desesperados dedos que se mueren por bailar sobre estas teclas.
Recorreré cada milímetro de tu anatomía buscando alguna escena que me inspire, la encontraré y la fotografiaré y entonces le entregaré una carta anónima a aquella persona o personas que inspiraron mis letras, ésta dirá:
'Querido desconocido:
sin pretenderlo has conseguido que un pedacito del diario que escribe Madrid hoy hable de ti, has conseguido que escriba algo que, seguramente, no tenga nada que ver contigo, pero que, sin embargo, es algo que sale de ti.
Enhorabuena, hoy se actualizará con una imagen que, sin permiso, he conseguido robarte y un texto que has conseguido inspirarme, espero que lo tomes como es, un detalle de amor anónimo que solo trata de hacer tu día algo mejor.
http://queridomadrid.blogspot.com.es/'
Prometo arrancar sonrisas sin permiso, prometo hacer de ésto algo que merezca la pena.

domingo, 3 de febrero de 2013


#6.


'Querido lector:
No me preguntes qué hago aquí sentada en un Starbucks y escribiendo algo que nunca nadie llegará a leer, porque, sinceramente, yo tampoco lo sé. Supongo que me gusta eso de desnudarme aquí, entre líneas, de dejar un poquito de mi esencia en cada papel que ensucio con las letras que bailan en mi cabeza, de plasmar un pedazo pequeño del motor que bombea mi sangre en cada palabra que consigo escribir. También es cierto que ya no se me da tan bien como antes y no lo entiendo, el hombre del tiempo anuncia que cada día ascienden las temperaturas un poco más y déjame confesarte que cada milésima de segundo que pasa yo noto más frío mi corazón. Bueno, serán cosas mías, quédate con la idea de que este trozo de folio es un pedazo de mí, cuídalo y consérvalo, es un regalo que te hago y no, no pido nada a cambio.' 

sábado, 2 de febrero de 2013


#5.


'Nos sentamos en aquel banco hartos de las prisas de la capital, del sube y baja de personas, del caminar de la gente que no tiene rumbo. Hacía tiempo que no nos veíamos y a penas fluía la conversación, después de tantos años y ni siquiera éramos capaces de mirarnos a los ojos. Entonces pasó. Algo que cambió nuestra vida para siempre, consiguió unirnos más de lo que nunca habíamos estado, desde ese momento nos hicimos inseparables y sin necesidad de usar el pegamento invisible que usábamos de pequeños para que nuestras madres nos dejaran dormir a uno en casa del otro. Lo vimos con nuestros propios ojos, hizo que se nos olvidara el resto del mundo y que nuestra vida cobrara un sentido totalmente distinto al que siempre había tenido. Pasó, en la Gran Vía de Madrid, algo que nunca imaginamos y que vosotros, queridos, nunca sabréis.'

viernes, 1 de febrero de 2013

#4.


'Y como cada uno de Febrero nos volvimos a encontrar en las puertas del Palacio Real, para recordar que lo nuestro fue así de... de real. 
Nunca sabré decir cuándo me pongo más nervioso si cuando la veo aparecer con su sonrisa permanente o cuando la veo alejarse entre la multitud. A pesar de todo lo que hemos pasado hay algo que no ha cambiado, sigo cayendo a más de diez mil pies de altura con sólo mirarla. Nuestra historia fue... Paseamos por Malasaña y recorrimos la Gran Vía, comimos castañas asadas del puesto de la Plaza Mayor y nos comimos a besos en Tirso de Molina, me hizo sentir suyo y conseguí hacer que se sintiera mía, fue una historia digna de ser contada. Como todo buen drama tuvo su final y no fue precisamente feliz, pero eso ya os lo contaré otro día. Lo importante es que decidimos vernos ahí, donde nos veis, 'prométeme que siempre estarás aquí el uno de Febrero de cada año' y siempre, siempre éste había sido el mejor día de mi vida hasta que llegaba el siguiente, esta vez no. Esta noche algo había cambiado, esta noche sus ojos brillaban y maldita sea, ya no era por los míos.'