#17.

 

'Me perdí entre los olores de aquellas flores, me fundí con el sol que acariciaba la rosaleda del Retiro con respeto, con miedo a romper algún pétalo, con temor a no darles la luz adecuada. 
Demasiados son los días que decido perderme entre ese mar de olores en medio del pulmón de la gran ciudad, demasiadas son las horas que he dedicado a ser capaz de distinguir las flores sin verlas, sin tocarlas, únicamente derritiéndome con su aroma, licuándome con su fragancia.
¿Sabéis? Creo que es mi rincón favorito de la más hermosa de las mujeres, creedme si os digo que paseando por allí te encuentras con otro Madrid, distinto, pero tan real y natural como el más sincero de los amores.'

#16. 

'Me derrumbé viendo la puesta de sol en Sol. Me hablaron bien de esta ciudad, pero nadie me contó que cuando el astro rey se esconde entre los altos edificios destellos de color rosado iluminan esa plaza, nadie me dijo que el Oso y el Madroño cobran vida si les tocas unas notas con un saxofón, nadie ha probado a cantar a viva voz ahí arriba para ver cómo todos te miran y piensan que estás loco, creo que nadie a descubierto lo genial que es perderse en una ciudad desconocida y encontrar cosas que nadie ha visto antes, cosas que tienes la certeza que nadie se ha parado a mirar porque últimamente nadie se atreve a romper las reglas, saltarse la rutina, subirse encima del símbolo del mismísimo Madrid y cantar y tocar para que todos piensen que estás loco mientras tú te vuelves loco pensando lo increíblemente maravilloso que puede ser vivir algo así.'

#15.

'Ya no sé cuántos son los años que llevo cuidando ese cruce del Rastro. Ya no sé cuántos domingos he pasado girando la manivela de mi enorme caja de música. Ya hace tiempo que perdí la cuenta de los amaneceres que he visto desde ese mismo lugar. Ya si quiera me acuerdo de una vida distinta a esa, de hacer algo diferente, de conducir mi vida a dónde a mí me hubiese gustado. Ya soy incapaz de recordar cuántos días han pasado desde que una  muchacha me sonrió, me dio unas inmerecidas gracias y un par de monedas. Ya no puedo tener esperanza en medio de esta ciudad, los pequeños detalles se pierden y es como si yo no existiera. Si nadie te mira, si nadie te ve, si nadie te presta atención, eres como un fantasma, la muerte en vida, esa vida maravillosa que yo no he podido elegir, pero que espero que tú sí puedas hacer con ella algo por lo que merezca la pena que te recuerden.'

#14.

'¿Qué por qué Charles Chaplin? Por su filosofía de vida, su forma de ver el mundo, su manera de hacer cine en blanco y negro lleno de color, por su modo de proceder ante las situaciones que para todos son comprometidas y para él no son más que parte de la gran comedia. Creo que todos conocemos frases célebres de este grande, como 'un día sin sonreír es un día perdido' o 'a fin de cuentas todo es un chiste', aún así, ¿Sabéis qué? Cuando miro esta foto creo que la frase más adecuada es 'pensamos demasiado, sentimos muy poco'. Mirad, nadie mira. Fijaos, nadie se fija. Observad, nadie observa. Todos andan de arriba abajo sin dedicarle un par de segundos a la belleza que esconde la gran ciudad, desde mi ausencia de sonrisas hasta la magnífica luz solar que bañaba el camino a la Plaza Mayor.'

#13.

'¿Cómo puede ser? No lo entiendo.Es bonito o no. No estoy segura. Estar sentada en un banquito una tarde de primavera viendo desfilar mis pensamientos desordenados mientras trato de respirar algo pensando que estoy respirando. Confusión. Árboles, sol, pájaros, cielo despejado, alguna que otra flor, primavera en su estado más puro al final y al cabo, y luego... Luego esos altos edificios en los que trabajan seis mil personas cada día. Paisaje rural y urbano fundidos en una sola imagen. Sé que puede que piensen que estoy loca, pero es maravilloso. El hombre, digo. El ser humano. Cómo hemos llegado a ser capaces de fusionar naturaleza con edificios que casi rascan el cielo en tan poco espacio. Igual es el sol que me está calentando el cerebro, pero sí, creo que esa es la conclusión a la que he llegado. El ser humano es increíble.'

#12.

'El primer día que vuelvo a mi ciudad y me recibe con el tiempo perfecto: ni mucho frío, ni mucho calor. Primavera en su estado puro. Madrid es preciosa todo el año, pero hoy estaba más guapa que nunca, os lo prometo. No sé si era por su gente o por cómo el sol bañaba los altos edificios, bueno, quizá sea porque la he echado tanto de menos que la idealizo hasta el extremo. No, no creo que sea sólo yo, si alguien ha salido esta tarde ha pasear por el centro de la capital y no se ha enamorado de ella, tiene un serio problema. ¿Sabéis que es lo mejor de todo? Que no he venido a pasar el día, ni el fin de semana. Hoy he ido a buscar piso y lo he encontrado. Madrid, ábreme las puertas, que de ti: al cielo.'

#11.

'La subí a lo más alto de la más alta torre, pero debo confesaros que jamás maté a ningún dragón que expulsase fuego por la boca. Es más, dejadme decir que la que ha peleado contra viento y marea para que hoy hayamos podido ver Madrid desde las alturas ha sido ella, la más valiente de las heroínas. Ha luchado contra todos y cada uno de los problemas que se nos han ido plantando en el camino para que lo nuestro dejase de funcionar, ha aguantado mis problemas y lo mejor de todo es que los ha resuelto, me ha regalado una ración extra de ese amor que tiene guardado cada vez que le he hecho daño, ha vencido a su pasado y me ha hecho olvidar el mío, incluso se ha enfrentado a sus defectos y los ha tratado de cambiar por mí y mis caprichos de niñato malcriado. Es cierto que ella se debería llevar todo el mérito de nuestro amor, que pocas veces la trato como se merece y que por eso la subí a lo más alto de la más alta torre que encontré, para darle las gracias por todos y cada uno de los momentos que me ha regalado, confesarle que pienso que sin ella no soy nada, besarla y recordarle cuánto la quiero.'

#10.

'No, no tengo nada mejor que hacer que ver metros pasar. Uno tras otro y no coger ninguno. Como todo en mi vida. Indecisión. Ya por costumbre. Me encantaría gritar a los cuatro vientos eso de 'Cógeme fuerte los pies que creo que hoy soy capaz de correr por encima del agua. Córtame las alas que como me descuide hoy echo a volar. Quítame la imaginación que creo que hoy puedo estar en mil lugares distintos. Arráncame la boca que creo que hoy no soy capaz de dejar de sonreír. Sácame los ojos que hoy no puedo controlar mi mirada. Opérame del corazón que hoy le ha dado por latir como si cantara por bulerías. Guíñame un ojo que te aseguro que hoy me lanzo a darte el beso que llevo planeando meses. Abrázame fuerte que hoy puedo darte todo el amor que tengo guardado. Insúltame y dime todo lo que pienses que hoy no me importa nada. Fotografíame que siento que hoy estoy más guapa que nunca. Quiéreme como nunca antes me habías querido que creo que hoy estoy preparada para enamorarme.' Pero bueno, mejor no soñar. Bajo tierra es difícil ver el cielo.'

#9.

'Llovía. Las calles estaban mojadas y no conseguí que tus recuerdos se evaporasen con el resto de gotas que caían del cielo esta tarde de finales de invierno.

Recorría la Gran Vía y Callao pensando en lo preciosa que estarías con el pelo mojado, tiritando, con la nariz roja y agarrando con fuerza mi mano. 

Cuando llegué a Sol como un rayo en la peor de las tormentas esa frase resonó en mi cabeza: 'No quiero volver a saber nada de ti. Nunca más. ¿Me has oído bien? Nunca.'

Duele mucho, demasiado. Aunque quizá merezca algo peor por ser un completo gilipollas, por dejarte ir, por perderte, por no parar el mundo.

'No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes. Mentira. Sabías que lo tenías, pero nunca pensaste que lo perderías.'

Paré, me empapé, inundé mis pulmones de aire contaminado y te vi bailar por mi cabeza.

Empecé a correr como si no hubiese mañana,reía a carcajadas como si estuviese loco, decidí que si ya no te tenía te recuperaría, costase lo que costase.

Llegué a Tirso y compré las flores más bonitas que tenían para ti, solo para ti.'

#8.

'Las sombras del pasado atacan con fiereza tus entrañas cuando menos te lo esperas. 
Noche cerrada en pleno Madrid que muestra poco más que la parte trasera de lo que un día fui, de lo que un día quise llegar a ser.
El frío cala mis huesos, pero arden si los comparas con mi apagado corazón.
Empezó a llover. Demasiado. Mucho. Muy fuerte. Mejor así, mis lágrimas se confundieron en la oscuridad de la noche. 
No puedo ver el lado bonito de la vida sino está mi pequeño para mirarme a mi. Soy incapaz, le necesito como el aire que respiro.
Maldije mi existencia durante horas, me limpié las lágrimas, respiré hondo y me puse en pie. Viviría por mi y por él, por los dos. Haré algo que merezca la pena, casi tanto como recordar su sonrisa.'

#7.

'Me quedé mirando la vida, mirando cómo las nubes cubrían poco a poco los rayos de sol que intuyen el fin del invierno. Me quedé mirando la línea que separa la burbuja inmobiliaria del cielo, la cornisa de los más altos edificios del lugar que un día me hiciste rozar con la punta de mis dedos. Tú no estás y yo sigo aquí, recordándote a cada instante, a cada paso que doy, a cada latido que mi corazón consigue dar. Mírame desde ahí arriba y fíjate en cómo sigo creyendo que la primera persona del plural es la más bonita de todas. 'Nosotros', prometimos que sería para siempre y pienso cumplir nuestra promesa, te lo prometo.'

#6.

'Querido lector:

No me preguntes qué hago aquí sentada en un Starbucks y escribiendo algo que nunca nadie llegará a leer, porque, sinceramente, yo tampoco lo sé. Supongo que me gusta eso de desnudarme aquí, entre líneas, de dejar un poquito de mi esencia en cada papel que ensucio con las letras que bailan en mi cabeza, de plasmar un pedazo pequeño del motor que bombea mi sangre en cada palabra que consigo escribir. También es cierto que ya no se me da tan bien como antes y no lo entiendo, el hombre del tiempo anuncia que cada día ascienden las temperaturas un poco más y déjame confesarte que cada milésima de segundo que pasa yo noto más frío mi corazón. Bueno, serán cosas mías, quédate con la idea de que este trozo de folio es un pedazo de mí, cuídalo y consérvalo, es un regalo que te hago y no, no pido nada a cambio.' 

#5.

'Nos sentamos en aquel banco hartos de las prisas de la capital, del sube y baja de personas, del caminar de la gente que no tiene rumbo. Hacía tiempo que no nos veíamos y a penas fluía la conversación, después de tantos años y ni siquiera éramos capaces de mirarnos a los ojos. Entonces pasó. Algo que cambió nuestra vida para siempre, consiguió unirnos más de lo que nunca habíamos estado, desde ese momento nos hicimos inseparables y sin necesidad de usar el pegamento invisible que usábamos de pequeños para que nuestras madres nos dejaran dormir a uno en casa del otro. Lo vimos con nuestros propios ojos, hizo que se nos olvidara el resto del mundo y que nuestra vida cobrara un sentido totalmente distinto al que siempre había tenido. Pasó, en la Gran Vía de Madrid, algo que nunca imaginamos y que vosotros, queridos, nunca sabréis.'

#4.

'Y como cada uno de Febrero nos volvimos a encontrar en las puertas del Palacio Real, para recordar que lo nuestro fue así de... de real. 

Nunca sabré decir cuándo me pongo más nervioso si cuando la veo aparecer con su sonrisa permanente o cuando la veo alejarse entre la multitud. A pesar de todo lo que hemos pasado hay algo que no ha cambiado, sigo cayendo a más de diez mil pies de altura con sólo mirarla. Nuestra historia fue... Paseamos por Malasaña y recorrimos la Gran Vía, comimos castañas asadas del puesto de la Plaza Mayor y nos comimos a besos en Tirso de Molina, me hizo sentir suyo y conseguí hacer que se sintiera mía, fue una historia digna de ser contada. Como todo buen drama tuvo su final y no fue precisamente feliz, pero eso ya os lo contaré otro día. Lo importante es que decidimos vernos ahí, donde nos veis, 'prométeme que siempre estarás aquí el uno de Febrero de cada año' y siempre, siempre éste había sido el mejor día de mi vida hasta que llegaba el siguiente, esta vez no. Esta noche algo había cambiado, esta noche sus ojos brillaban y maldita sea, ya no era por los míos.'

#3.

'Y ahí estoy yo, como cada día desde hace tres años, llenando con las notas de mi trompeta el silencio de las calles del pulmón de Madrid, haciendo que el aire sea más puro y que se impregne de una melodía improvisada, como mi vida. Puede que no me crea, que piense que estoy loco o, sin embargo, puede que sea uno de los pocos soñadores que quedan vivos y crea en la magia de la música. Con cada nota que mi vieja trompeta consigue dar el aire se vuelve más puro, es como si la viera, como si la pudiera tocar, la atmósfera cambia y no permite ensuciarse con problemas que siempre tienen solución. Señoras y señores, créanme, se lo cuenta un músico con muchos años a las espaldas, la música existe y va más allá del sonido, es capaz de acariciarle el alma sin que usted se de cuenta y conseguir hacerle sentir que esta vida es, sencillamente, maravillosa.'